La meditación Tangram permite recuperar la conciencia del estado normal y, mediante la práctica regular, instalarse en él de forma permanente. En este estado normal, tranquilo y pacífico, el ego encuentra su lugar. Ya no se comporta como un cuerpo hegemónico todopoderoso que genera pensamientos o acciones basadas en hábitos desajustados. Al contrario. A través de su práctica, el meditador se prepara para responder con una perspectiva nueva y pertinente a las nuevas situaciones de su vida cotidiana. Aprende a conocerse mejor, a intimar consigo mismo y a tomar conciencia de lo que le rodea. Como resultado, se aleja de su ego, reconsidera su posición y se armoniza con un todo del que forma parte y del que ya no es el centro. Al meditar, el ego se integrará perfectamente con su entorno. Los beneficios, inmediatamente, se harán sentir. El meditador ganará más libertad en su vida diaria y reducirá significativamente su sufrimiento.
Christophe Lorreyte - Libro "Aprende a meditar por fin con la práctica del Tangram
