Profesor de meditación y pilates en Béziers

El "verdadero" secreto de la meditación


Artículo de Christophe Lorreyte. Una historia muy bonita que nos enseña que cualquiera puede meditar aunque no haya tenido la intención de hacerlo en primer lugar.


 

El "verdadero" secreto de la meditación

Después de un título como ese, será mejor que no te decepcione...

Pero antes de compartir contigo el mayor secreto de la meditación, me gustaría contarte una pequeña historia. Es así...

Un ladrón que pasaba por la cabaña de un maestro zen miró inquisitivamente a través de su ventana.

Vio al monje, sentado frente a una caja de plata, contando las monedas que acababa de recoger para la renovación de un dojo.

El ladrón esperó a que se pusiera el sol y entró en la modesta casa, pensando que encontraría al monje dormido y la caja que pretendía robar...

Entró sigilosamente y, para su sorpresa, la habitación estaba vacía. No había rastro del monje, ni del codiciado dinero.

En el centro de la habitación vacía donde el ladrón se había colado había un cojín de meditación (zafu).

El ladrón se preguntó y su cerebro comenzó a tratar de entender lo inexplicable, a elaborar teorías sobre la desaparición del monje que no había salido de la habitación.

¿Adónde se ha ido? ¿Cuál era su extraño poder?
El ladrón se fue y pasó la noche buscando respuestas. Entonces, en las primeras horas de la mañana, llegó a la conclusión de que el monje debía conocer los secretos de la invisibilidad.

Deseoso de adquirir el poder de enriquecerse mediante el robo y desaparecer de la vista de la ley, llamó a la puerta de la cabaña, encontró allí al monje y le dijo

"Enséñame el secreto de la invisibilidad que usaste anoche.

El monje le respondió entonces sin dudar:

"Por supuesto. El primer paso es sentarse en este zafu.

El ladrón se sentó y el maestro zen le enseñó la postura y la respiración correctas.

El ladrón se convirtió entonces en discípulo del maestro y practicó la meditación sin descanso.
Pasaron dos años.

Un día el maestro le hizo esta pregunta a su joven discípulo:

"¿Cuál era tu intención cuando acudiste a mí para aprender a meditar?

El antiguo ladrón respondió al maestro con toda sinceridad:

"No me acuerdo".


Moraleja: El camino está abierto a todos, incluso a aquellos que desean meditar para obtener algo, porque la sola práctica es suficiente para transformar para siempre a quien ha tomado este camino.

Te preguntarás: "¿Pero cómo se ha vuelto invisible el monje?

La única forma de averiguarlo es meditar y no esperar nada.

Toda la paradoja está ahí: para obtener los beneficios que uno desea en la meditación, hay que dejar de buscarlos.

Por eso, en mi opinión, la mejor definición de la meditación es: "simplemente siéntate".

Nada más.

Espero que te haya gustado esta pequeña historia y que te ayude en tu camino.

Es una historia que me gusta especialmente.

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